Marcel Giró


Prensa

Palmira Puig: la descubierta de una fotógrafa escondida

Núvol. Josep Maria Cortina

Hace ya unos meses hablamos aquí de Marcel Giró, un fotógrafo catalán que había vivido su carrera profesional en el Brasil y que había sido redescubierto por su sobrino Toni Ricart Giró, también fotógrafo y diseñador gráfico. Gracias a su trabajo la galería RocioSantaCruz presentó una magnífica exposición en que recuperaba una muestra de su obra.


Ahora nos llega la segunda entrega de esta tarea de investigación en que se ha descubierto que la mujer de Giró, Palmira Puig, era, además de su principal colaboradora en el estudio que tuvieron abierto en Sao Paulo más de veinte-y cinco años, una excelente fotógrafa con una obra de menor volumen pero también de una gran calidad. Palmira Puig, hija de una familia republicana de Tàrrega, se casó en 1942 con Giró, que se había exiliado a raíz de la guerra civil, primero en Francia y después en Colombia. Y lo hizo como se hacía a la época cuando los esposos estaban lejos: por poderes. La emotiva foto familiar del día del casamiento nos  ofrece un testigo conmovedor.


En la obra de Giró era frecuente la presencia de Palmira como modelo de sus retratos o en el contexto de los suyas fotografías de viajes. Pero el trabajo de las copias en papel y sobretodo de las hojas de contacto del archivo del fotógrafo descubrió en un buen número de fotografías la firma de Palmira como autora. A partir de este hallazgo se profundiza en la investigación y se descubren también imágenes en que en un plan lejano aparece en Giró, y por tanto no podían haber sido disparadas por él mismo. Así, poco a poco, se ha recuperado buena parte la obra personal de nuestra fotógrafa.


También se ha sabido que Palmira Puig fue, el 1956, la primera mujer aceptada como miembro del Foto Cine Clube Bandeirante de Sao Paulo, un círculo fotográfico que representaba la corriente fotográfica más vanguardista, claramente conectado con la fotografía europea más avance de aquellos años, y que  expuso algunas de sus fotografías.


El tándem Marcel-Palmira funcionaba mucho más allá de la colaboración en las tareas de gestión del estudio. Normalmente Palmira firmaba exclusivamente con su apellido, pero en algunas ocasiones lo hacía añadiendo lo de su marido: Palmira Puig-Giró. En algunas hojas de contacto de un mismo carrete aparecen a menudo anotaciones firmadas por Palmira de forma que parece claro que incluso compartían la cámara: una Hasselblad que se puede ver expuesta a la GaleriaSantaCruz, junto con una gran cantidad de material que ilustra esta singular historia que hoy hace justicia a la personalidad de Palmira.


La exposición está distribuida en diferentes bloques. De entrada y alrededor de la vitrina con la cámara, l‘objetivo y el fotómetro de la pareja se pueden ver toda una serie de fotografías de los años de juventud de Palmira, extraídas de los álbumes familiares, que nos permiten recuperar los ambientes de los años treinta en Tàrrega. También de viajes de la pareja en Colombia el 1949 y en Brasil del 1947 al 1950. Todo un material que me ha hecho pensar sobre cómo podrán ser de aquí setenta años las muestras que quieran documentar nuestras vidas de hoy. Resistirán los archivos digitales el paso del tiempo o se difuminarán en el éter de las nubes donde parecen condenados a refugiarse?


A continuación se presentan una series de magníficos retratos que se hacían el uno al otro, codeándose con toda naturalidad en los roles de fotógrafo y modelo.


Son también muy interesantes las diferentes hojas de contacto donde quedan claramente dibujados a bolígrafo los encuadres que los fotógrafos decidían positivar. De la septuagésima de fotografías, la mayoría impresiones vintage en blanco y negro, más o menos la mitad son de Giró, que en cierto modo repite exposición; muchas de ellas, retratos de su mujer y colaboradora que le servía de modelo.


A medida que avanzamos en el recorrido de la exposición aparecen toda una serie de fotografías, tanto de Giró como de Puig,  que ya van más allá de los retratos personales y se concentran en paisajes rurales y de pequeñas poblaciones del Brasil de comienzos de los años cincuenta. Cómo todo el resto, se trata de tiradas obtenidas directamente de los archivos de los dos fotógrafos que llevaron del Brasil a su retorno en España en 1978. En aquellas fechas Palmira enferma gravemente y el matrimonio decide cerrar su estudio en el Brasil y devolver en España. Desgraciadamente la fotógrafa morirá todavía muy joven, en 1978.


Finalmente, la exposición concluye en la última sala de la Galería con una selección de fotografías de cuatro de los más destacados miembros del ya mencionado Foto Cine Clube Bandeirante, del cual nuestra pareja formó parte y que nos permiten contrastar la modernidad de sus composiciones con una fuerte influencia de la corriente de la nueva objetividad: fotografía objetual, fragmentación y una cierta tendencia a la abstracción. En conjunto, una pequeña muestra que nos vuelve a aproximar a la fotografía de Marcel Giró y a la vez hace justicia a la personalidad fotográfica de Palmira Puig, musa y colaboradora y a la vez con una notable personalidad fotográfica propia. La muestra se puede visitar hasta el 16 de marzo a la Galería RocioSantaCruz.