Marcel Giró


Exposiciones

Palmira Puig i Marcel Giró - Saudades de São Paulo

Museu Palau Solterra - Fundació Vila Casas
Torroella de Montgrí. 02/02/2020 al 03/05/2020

En ocasiones haces un hallazgo cuando no lo pretendías.
Alexander Fleming


Gracias a una coincidencia, hace casi seis años, en la feria Paris Photo entre el sobrino de Marcel Giró —Toni Ricart Giró— y la galerista Rocío Santa Cruz, se ha podido profundizar en el archivo fotográfico de Palmira Puig y Marcel Giró, un matrimonio que se exilió a Brasil poco después de la Guerra Civil. Dos personalidades avanzadas a su tiempo, visionarias y valientes, como demuestran los hechos, y cuyo amor por la fotografía era tan intenso como el que sentían el uno por el otro.

Por la información que se desprende de dicha investigación, su filosofía respecto a la fotografía acercó al matrimonio a los círculos más pioneros de la vanguardia artística entre los años cincuenta y sesenta. Combinar elementos conceptuales y técnicos inéditos y a la vez incorporar la delicadeza y sensibilidad inherentes a la poesía formó parte de su visión más genuina.



Fundació Vila Casas - Museu Palau Solterra

Marcel Giró (1913-2011) nació en Badalona en el seno de una familia vinculada al sector textil. Joven apasionado de la naturaleza y experimentado excursionista, decidió huir a pie a Francia durante la Guerra Civil. Del país galo pasó a Colombia, donde en 1942 se casó por poderes con Palmira y desde donde, ya juntos, decidieron partir a Brasil.

Palmira Puig (1912-1978) pertenecía a una familia intelectual de Tàrrega que al término de la guerra sufrió graves represalias por parte del régimen franquista a causa de su posicionamiento republicano. El ambiente cultural que se respiraba en el hogar de la joven favoreció el desarrollo de una delicada sensibilidad artística.

En 1978 Palmira Puig murió en Barcelona víctima de un cáncer, razón por la que su marido se alejó de la creación fotográfica y abandonó su residencia brasileña para reinstalarse definitivamente en Cataluña, donde alcanzó la edad de 99 años.

Saudades de São Paulo es un homenaje a la aportación de esta pareja al panorama fotográfico de mediados del siglo xx. A raíz de la investigación en el archivo fotográfico de Marcel Giró se han hecho varios hallazgos, pero los más inesperados y agradecidos han sido las creaciones de Palmira Puig. Su aportación artística al tándem creativo resultó vital, pero igual de relevante fue su archivo propio, con un estilo personal e independiente.

Latinoamérica era por entonces el destino de numerosos creadores que huían de los conflictos bélicos europeos. La aventura de los Giro Puig fue una de tantísimas. A su llegada a São Paulo se encontraron una ciudad moderna y en expansión que ofrecía infinitas oportunidades para la transformación y cuya estética urbana era tan contradictoria como encantadora. Un escenario ideal para la captura de imágenes.

En aquel contexto, la fotografía también se estaba transformando en busca de un lenguaje propio, distinto, moderno. Anhelaba desvincularse de su función meramente representativa de la realidad exterior, acercarse a un lenguaje más libre y creativo e incluso experimentar con recursos fotográficos. Tal movimiento, conocido como fotografía moderna, se dio en América Latina y, simultáneamente, en varios países, como Japón, Alemania y Suecia, entre otros.

En Brasil, la corriente pionera en esta línea era la de la Escuela Paulista, formada alrededor de Foto Cine Club Bandeirante, un grupo creado en 1939 por fotógrafos, cineastas y artistas nacionales e internacionales. Marcel Giró fue el primero de la pareja en integrarse, y llegó a ser una figura clave. Palmira Puig fue admitida posteriormente, en 1956, y se convirtió en una de las pocas mujeres que integraron aquel grupo experimental. Los años cincuenta fueron de vital importancia para la pareja, que en 1953 incluso fundó una agencia de fotografía publicitaria que disfrutó de un prestigio considerable.

El estilo creativo de Giró se caracteriza por la ambigüedad entre figuración y abstracción, en muchas ocasiones en busca de formas, alterando perspectivas, contrastando luces y sombras hasta el límite, potenciando una fría geometría, tratando la fotografía como un arte, siempre en busca de nuevos lenguajes y sin perder el tinte poético. Las imágenes de Puig también son experimentaciones en torno a naturalezas muertas, retratos, paisajes y la figura humana. Sus fotografías nos acercan a la cotidianidad de parajes en transformación.

El título Saudades de São Paulo pretende abrazar aquella sensación de nostalgia que se apodera de uno al hacerse evidente que el mundo está en constante transformación, que es una diversidad de espacios de convivencia ajenos a la permanencia de las cosas.

Quizá fue así como se sintió la pareja en los vaivenes de su amada ciudad brasileña.